Siempre he sido de las que han mirado con espanto el
casarse joven. Cada vez que me cuentan que alguien de mi edad se casará,
me cuesta muchísimo entenderlo. Siempre me hago la misma pregunta: “¿Por qué? Si es que están tan enamorados,
¿Por qué no esperar a terminar los estudios, a viajar, a vivir todas esas
experiencias que solo podrás vivir cuando eres joven, ¿Qué es lo que cambia
entre casarse ahora o una vez que hayas experimentado todo eso?”.
Tengo la creencia de que el matrimonio es para toda la
vida, y no quiero que la historia termine de otra manera por no haber
vivido todo lo que quería. Sin embargo, últimamente me he comenzado a
replantear las cosas y me he dado cuenta que quizás todos estos no son nada más
que prejuicios que han nacido de mis inseguridades, porque creo que nunca he
estado enamorada. Creo que cuando lo estás, ninguna de
estas preguntas invaden tu cabeza y simplemente las cosas van pasando. Por eso,
no quiero privarlas de ver algunos de los lindos beneficios que tiene
casarse joven, así que aquí se los dejo:
1. Crecer juntos
Si te casaste joven, significa que
probablemente conociste a tu marido cuando ambos lo eran, por lo que fueron
viviendo muchas etapas y creciendo juntos. Creo que es muy lindo ser parte de
esos procesos como la época universitaria o el primer trabajo. Es distinto y reconfortante haber podido ser
parte de esas etapas, poder aportar durante ellas, y estar orgullosa del hombre
en el que se convirtió y ver cómo él también te ayudó a ser la persona que
eres hoy.
2. Se te hace relativamente fácil el
combinar vidas
Cuando te casas joven aún eres “moldeable”. No tienes una
vida adulta profundamente establecida, graves hábitos o patrones de
comportamiento que tengas que cambiar. En vez de eso, desarollas un sistema y ritmo en el camino. Hay algo bueno en
construir una vida con una sola base en vez de tener que descubrir como mezclar
dos estructuras separadas.
3. Aprendes las lecciones difíciles más temprano
que tarde
El casarte al principio de la adultez te ayuda a
despedirte del engaño del “vivieron felices para siempre” o de la historia de
una comedia romántica mucho antes de que el resentimiento o amargura se
asiente en tu corazón. El matrimonio también da lecciones de la vida real en cosas como el
sacrificio, compromiso, camaradería, y amor incondicional. Cambiar y crecer con
otra persona es algo difícil, sin importar la edad que tengas, pero el esfuerzo
y la lucha para lograrlo te enseña mucho. Los puede
convertir en mejores versiones de ustedes mismos, dándoles oportunidades
para comprender la fe, la resistencia, el perdón y la paciencia. Prueba
sus límites, los rompe en pedazos, y les ayuda a tener
perspectivas más maduras que lo que el salir en citas permite usualmente. El
matrimonio joven no es fácil, pero las cosas importante raramente lo son.
4. No desperdicias el dinero (porque no
lo tienes)
Tu boda probablemente será muy sencilla y eso será
perfectamente aceptable y entendido por todos. Lo mismo
pasará con el día a día, podrán aprender a ser más organizados y cuidadosos si
de dinero se trata.
5. Tienes expectativas bajas, lo que siempre es
bueno
Si te casas joven, no esperas una década por “el
indicado,” o por un momento mágico en el que tus estrellas se alineen. Si
pasas años planeando y soñando con la boda perfecta y el matrimonio y
esposo y vida perfecta, te decepcionarás. En vez de eso,
simplemente vive, escoge enamorarte – y permanecer de ese modo.
6. Compartes cada logro
Pasar de tener un pequeño apartamento al borde del
derrumbe a tener una cuenta bancaria y comenzar a ahorrar y a tener una vida
adulta cómoda y todo lo que ello conlleva. Todo lo
logrado juntos -o separados- es inmensamente celebrado por ambos.
7. Tienes recuerdos locos y juveniles
Algo por lo que agradecer es el hecho de que tu marido tenga
recuerdos en primera persona tuya a los 18 años, con todos esos
momentos ridículos y apasionados que vienen con un romance juvenil.Es increíble que te haya visto crecer y experimentar
tantos cambios, siempre a tu lado.
8. Tienes todo el tiempo del mundo
Incluso si tu matrimonio implosiona y cambiamos
y crecemos y avanzamos en direcciones distintas, aún tendrás
tiempo suficiente para seguir adelante y vivir nuevas experiencias.
El casarte joven te dará mucho más tiempo para
estar con la persona que ha estado contigo en cada etapa de tu evolución – y
que te ha amado a lo largo de todas ellas. Esa persona quien ha estado contigo
en cada momento y logro, y que conoce cada versión pasada de ti. Y al final,
el tiempo es todo lo que importa.
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